Dicen que en la década de los veinte, Ernest Hemingway apostó con sus amigos que podía completar una historia únicamente con seis palabras. El aún desconocido maestro del cuento ganó al escribir: "For sale: baby shoes, never worn." ("Vendo: zapatos de bebe, nunca usados."). El microtexto apareció en la colección de cuentos "In our time", publicada en 1925, al regresar a los Estados Unidos de la Primera Guerra Mundial bajo el título de "A very short story" (Una historia muy breve). Ejemplo extremo de lo que posteriormente Hemingway definiría como la teoría del iceberg, base de su estilo inconfundible de narrar, en el que el autor prescinde de toda la información que no es necesaria para contar la historia.
Inspirados por esta miniatura, la revista Wired invitó a finales de 2006 a varios autores de ciencia ficción a que enviaran minicuentos de seis palabras. [[AQUÍ]] se puede ver completas las obras presentadas, aunque a mi modo de ver ninguna tiene la profundidad de la pieza de Hemingway y sólo se salvan:
"Starlet sex scandal. Giant squid involved." ("Estrella en escándalo sexual. Calamar gigante involucrado.") de Margaret Atwood.
"He read his obituary with confusion." ("Leyó su obituario, confundido.") de Steven Meretzky.
"Epitaph: He shouldn't have fed it." ("Epitafio: nunca debió alimentarlo.") de Brian Herbert.
"To save humankind he died again." ("Para salvar a la humanidad, murió de nuevo.") de Ben Bova.
Y, aunque no cumplió con el límite de las seis palabras, el mejor de la serie: "God said, 'Cancel Program GENESIS.' The universe ceased to exist." ("Dios dijo: —Cancelar programa Génesis—. Y el universo dejó de existir.") de Arthur C. Clarke.
Sin embargo, Hemingway no fue el primero ni el mejor, en mi opinión, componiendo este tipo de microficciones en idioma inglés. Antes, en 1912 para ser preciso, Thomas Bailey Aldrich escribió el cuento que posteriormente Borges, Bioy Casares y Silvina Ocampo recogerían en su "Antología de la literatura fantástica" bajo el título de "Mensaje":
"Una mujer está sentada sola en una casa. Sabe que no hay nadie más en el mundo: todos los otros seres han muerto. Golpean a la puerta."
Ambiente. Trama. Desenlace. El cuento de Aldrich lo tiene todo, incluyendo un final escalofriante. Sólo el cuento de Augusto Monterroso ("Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.") logra el mismo efecto en menos palabras, superando en concisión al de Aldrich y en efecto al de Hemingway. Pero de ese cuento (y otro increíble de Monterroso) ya hablamos en una edición previa de miniTEXTOS.org.
Hoy, en la edición #41 de miniTEXTOS.org, tengo el honor de presentarles un poema hermoso de Conny Palacios y sorprendentes narraciones muy breves de cuatro escritores contemporáneos: Ernesto Endara, A. Morales Cruz, Francisco J. Berguido y, por primera vez en esta página, Manuel Orestes Nieto.
En verdad espero que disfruten mucho de esta edición, que apenas empieza.
JLRP, editor.
www.miniTEXTOS.org
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