Orlando Calderón no duerme hace sesenta y un años: su memoria ha guardado la mortífera imagen de su pollito Cirilo atragantándose con una larga y gorda lombriz.
Hace tres noches logró dormir; en la siguiente también lo hizo y soñó con Cirilo. Anoche se despertó tratando desesperadamente de quitarse algo de la boca, sin conseguirlo.
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© 2007, Víctor González
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1 comentario:
Este relato es muy bueno, eh!
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